Luis Eduardo Páez García
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Para fortalecer la cultura regional

Siguiendo con el espíritu de integración regional que hemos querido promover a través de este medio, creo necesario tocar, en una primera fase, el tema de nuestra cultura regional. No sobra, entonces, recordar que la región de Ocaña, que denominamos también Antigua Provincia de Ocaña, es un vasto territorio que cubre actualmente el noroccidente de Norte de Santander, el sur del Cesar y el sur de Bolívar. Todos los municipios de esta región hicieron parte, de una u otra forma, de los terrenos concedidos al Capitán Francisco Fernández de Contreras en las capitulaciones que le otorgara la Corona Española. Nos unen, pues, lazos históricos, étnicos, económicos, políticos y culturales, que no pueden desconocerse si se quiere, realmente, propiciar el desarrollo general que eleve nuestra calidad de vida.

La época aquella de estar echándole todas las culpas de nuestro atraso a las capitales departamentales, debe superarse y volver, más bien, los ojos hacia los factores internos que nos han impedido crecer. Desde la Academia de Historia, hemos tocado repetidas veces, el tema del turismo regional como una alternativa de ingresos económicos para Ocaña y la región. En este sentido, debemos confesarlo, lo que se ha hecho es muy poco. Casi nada diríamos, frente al creciente desarrollo del centro, el norte y el occidente del país. A estas alturas, por ejemplo, El Carmen y La Playa de Belén, municipios riquísimos en bienes patrimoniales culturales y naturales, carecen de hoteles para recibir el flujo turístico. Sus vías, en pésimo estado, no halagan al viajero ni siquiera de la propia región. En Ocaña, los monumentos nacionales, departamentales, y el único municipal, carecen de toda protección y mantenimiento, al igual que el patrimonio arquitectónico histórico. Los municipios localizados al norte de Ocaña presentan con frecuencia problemas de orden público que alejan al visitante. Río de Oro y González, en el sur del Cesar, carecen de una oferta cultural apropiada, pese a que son, ejemplos de desarrollo y organización en materia cultural.

Como quiera que no se establecen políticas claras de desarrollo turístico, que involucran lógicamente la oferta cultural, nuestros municipios siguen a la deriva y a la buena voluntad de los turistas que, pese a las dificultades de todo orden, llegan para Semana Santa, vacaciones de mitad de año, festividades patronales y época decembrina y de carnavales. Falta compromiso de las administraciones municipales con el desarrollo integral. Nos hemos vuelto displicentes y apáticos incluso para promover lo mejor que tenemos. Por tradición, ya caduca, se siguen desperdiciando recursos presupuestales en "cositas", en "proyecticos" que sólo dejan como resultado la satisfacción de coyunturas sin ligazón con el querer real y sentir de las comunidades.

Como sería de productivo un encuentro de los alcaldes de la región de Ocaña con delegados del Ministerio de Cultura y de Desarrollo, donde se tratara a fondo el tema del turismo regional, con la participación de nuestra dirigencia política departamental y nacional, unida a los concejos municipales de cada localidad y representantes de las instituciones culturales y periodistas locales. ¿Cuándo veremos nuestros municipios figurando en los programas nacionales de turismo y, mejor aún, cuándo se decidirá a invertir más en la gente y menos en la imagen?